sábado, 3 de mayo de 2014



                                                             FIN DEL MOVIMIENTO



                                       


Me ha parecido oportuno publicar el siguiente vídeo porque hace que cada uno reflexione sobre su propia vida. Personalmente me parece  un vídeo impresionante, toda una lección de vida.  Por eso ánimo al diálogo sobre lo que cada uno cree o sobre lo que os ha parecido el vídeo. Puede que no tenga nada que ver con la asignatura de Educación del movimiento, ya que este se  va perdiendo con el tiempo y ya es imposible  volverlo a educar. No obstante, hay otro mensaje importante en el vídeo y que pretende mostrar al mundo.
En el vídeo aparece Alejandro Galán, un hombre al que le han diagnosticado Esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad que no es casual en la vida adulta, ya que suela aparecer en edades infantiles. Su esperanza de vida está entre 2 y 5 años. En este período de tiempo se va perdiendo poco a poco la capacidad de iniciar y controlar los movimientos musculares. Esta enfermedad neurodegenerativa afecta a las neuronas motoras del cerebro, al tronco encefálico y a la médula espinal, células encargadas de trasmitir la orden del movimiento voluntario del cerebro a los músculos. Es una enfermedad sin cura a día de hoy.
Alejandro, conocido como Jano entre  sus amigos explica en el vídeo que al principio fue un momento duro y que sintió pena por él. Se formuló una serie de preguntas como: ¿por qué yo?, ¿por qué ahora?... Un tipo normal, con una vida normal y que veía como se desvanecía todo. 
En verdad, todos vivimos creyendo que esas cosas a nosotros no nos va a suceder pero, ¿y si un día tenemos la mala suerte de recibir una noticia de estas características? ¿tendremos el valor para seguir adelante? ¿cómo reaccionaríamos? ¿y que pasará cuando ya no pueda moverme más? ¿quién seguirá a mi lado cuando esto vaya a peor?, una serie de preguntas infinitas y que en este momento no tienen respuesta.
Hay un momento en el vídeo en el que Jano reflexiona sobre su vida anterior a la enfermedad, se castiga por no haber dado su tope, su 100% en cada día, su mejor versión de él. Esto ha provocado en mí una alerta repentina, una motivación para que yo nunca pueda lamentarme por algo que hubiera podido hacer en un pasado.
Ahora sé que todo se puede lograr con esfuerzo, amor, ayuda y voluntad; factores para llegar a ser extraordinarios en esta vida. Aprovechar el movimiento humano en realizar buenas acciones, ser conscientes de lo importante que es caminar, hablar, oír, sentir, VIVIR...
Yo ya he dado mi opinión sobre el tema y animo a todos a intervenir en este diálogo tan abierto al debate y a miles de opiniones.

¿Si hoy fuera el último día de mi vida, estaría contento de cómo la he vivido?




















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